Una ingesta inadecuada de hidratos de carbono (HC) puede suponer una pérdida del rendimiento y la oportunidad de reponerse de un entrenamiento gracias a la resíntesis de glucógeno.
En un reciente metaanálisis de Craven et al. (2021), que analizó 29 estudios, se establece una relación significativa y positiva entre la magnitud de la tasa de resíntesis de glucógeno muscular y la administración de hidratos de carbono. Esta se asocia al intervalo de administración, y predice aumentos significativos cuando las ingestas son espaciadas menos de 1 hora.
Al parecer esta respuesta es debida a una elevación prolongada de las concentraciones plasmáticas de glucosa e insulina.
La co-ingestión de HC y PRO no proporciona un beneficio adicional a la tasa de resíntesis de glucógeno muscular. Si bien esta estrategia puede resultar de interés cuando el deportista necesita mantener un peso competitivo y su consumo de HC es subóptimo, ya que preserva una adecuada respuesta insulinémica que depende también del contenido de aminoácidos ingeridos.
HC y PRO son particularmente importantes cuando se trata de deportistas de modalidades de estética corporal y aquellos que buscan hipertrofia muscular. No hay que olvidar que la ingesta de proteínas es crítica para muchos procesos de recuperación fisiológica.
En la manipulación de los HC y la PRO pos ejercicio es necesario contextualizar múltiples variables, como el estado de entrenamiento, el tipo de contracción muscular, el grado de agotamiento de glucógeno previo al ejercicio y por su puesto los objetivos del deportista.
Entre ellos puede estar el afrontar varias sesiones de entrenamiento al día, ganar masa muscular, optimizar el porcentaje de grasa o mantener una categoría por peso, debiendo considerar en cada caso la estrategia a seguir.