Cuando hablamos de nutrición para deportistas nos referimos primeramente a sus necesidades nutricionales. Estas están determinadas por la carga de entrenamiento, que depende de la intensidad, frecuencia, duración y tipo de ejercicio, además de su composición corporal.
En ocasiones se olvida que la ingesta dietética no solo tiene que satisfacer las demandas del entrenamiento, también las de la salud y el bienestar, existiendo un riesgo evidente de una alimentación inadecuada.
Ingesta dietética insuficiente
El peligro de comer por debajo de las necesidades, a costa de un porcentaje de grasa corporal menor, desemboca en una insuficiencia energética, incapaz de sostener los procesos biológicos.
La deficiencia energética relativa en el deporte o RED-S, puede ser la responsable de un mal funcionamiento fisiológico, asociado a deterioros de la tasa metabólica, la función menstrual en mujeres, la salud ósea, la inmunidad, la síntesis de proteínas y la salud cardiovascular.
Algunos de los indicadores clínicos de una insuficiente disponibilidad energética son: una disminución de la testosterona, de triyodotironina (T3) y un aumento del cortisol. En mujeres eumenorreicas también la ausencia del periodo.
Además, un bajo estatus de hierro o la aparición de fracturas óseas por estrés son dos de las manifestaciones de baja disponibilidad energética.
Nutrición para deportistas
El problema de algunos deportistas radica en la estructura de su plan nutricional. Este, en ocasiones, se presenta junto a unos malos hábitos nutricionales, entre los que se encuentran un consumo excesivo de suplementos.
Tal y como indica Desbrow et al. (2020) la política de “alimentarse primero con alimentos” debe ser la base de cualquier plan nutricional de un deportista.
Aunque es cierto, que en ocasiones, el uso prudente de suplementos puede ayudar a abordar deficiencias nutricionales, siempre que no sea posible o práctico consumir alimentos.
Como he dicho en muchas ocasiones hay que huir de quien “por falta de conocimientos prescribe suplementos”, ya que supone una pérdida de recursos económicos e incluso de la salud del deportista.
Resumen:
- Una mala planificación nutricional pone en riesgo la salud del deportista, comprometiendo su inmunidad, su tasa metabólica o su síntesis de proteínas.
- La prescripción no necesaria de suplementos supone una pérdida de recursos y de la salud del deportista. Y evidencia en ocasiones unos malos hábitos nutricionales.